10 de junio de 2015

La puerta a otros mundos

torreón


La puerta a otros mundos

El viejo rey se sabía derrotado. Su enemigo era más joven, más fuerte y más fiero. Pero esa no era razón para rendirse. Se limpió la sangre que manaba de su frente con el dorso del guantelete y se levantó. Su rival no pudo evitar reírse. Se trataba de un adversario imponente, de más de dos metros y enfundado en una armadura de escamas. Era tan feo que al rey no le hubiera extrañado que tuviera sangre de trol.

De repente, el gigante embistió con su gran hacha y el rey a duras penas fue capaz de esquivarle. Cada golpetazo del monstruo iba empapado de un odio venenoso hacia cualquiera nacido en la luz, mas el viejo rey luchaba por su pueblo y eso le infundía una determinación inquebrantable. Pero su edad triplicaba la de su contrincante. Tras un movimiento rápido, las armas chocaron y se inició un forcejeo. En una competición a fuerza bruta no tenía nada que hacer. El rey fue desarmado y su enemigo lanzó un grito, dispuesto a rematar al anciano e iniciar su reinado de terror. Pero desarmado e indefenso no son exactamente lo mismo. El rey...

De repente, algo sacó al niño de su lectura. Su madre le decía que debían irse ya. Eso le disgustó, porque el libro estaba muy interesante, pero ella le dijo que se lo podía llevar a casa. Con una sonrisa, siguió a su madre, pensando que la biblioteca era en realidad una puerta mágica a otro mundos.

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